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SOPEÑA DE ABRIL A ABRIL

Carolina González

 

Un año más me siento frente a un papel en blanco, tratando de transcribir la realidad, a veces dura, de la existencia humana. El paso de los días me hace más y más consciente del hueco de ausencias que se ha excavado en el corazón de nuestro querido pueblo, arrastrando consigo un caudal de sentimientos hacia esos hombres y mujeres recios, habituados a sobrellevar contratiempos y adversidades, que han sabido afrontar mil situaciones peliagudas plagadas de sinsabores. Hombres y mujeres que han dejado huérfanos de cariño, alimento y posada a sus hijos, y huérfano de su sabiduría y presencia a este pueblo.

Tras el impacto inicial, extinguido ya el eco de cada ceremonia fúnebre que lo mantuvieron desvelado, mi pueblo siente crecer como una marea ronca y embravecida la pérdida.

A veces, cuando lo visito fugazmente en los fríos días de invierno, y llego a mi barrio donde tantas veces he visto repicar las campanas, acompañando con su sonar los aconteceres del pueblo y sus gentes, siento que se apodera de mí una nostalgia y me invade una profunda tristeza al escuchar el silencio, un silencio sólo roto a veces por el canto de algún gallo ajeno a la soledad del entorno. Ya nadie se asoma a las puertas para ver al visitante que llega, nadie, y es que el barrio está deshabitado, sus gentes se han ido, unos, los menos, a mitigar la dureza de los inviernos, otros a cultivar otras tierras de las que nunca se regresa. Por eso, es de agradecer que otras gentes que todavía están en la primavera de su vida hayan escogido mi pueblo como residencia habitual. Es a ellos y a todos los que aquí permanecen a quienes quiero dedicar esta crónica de sucesos, con el deseo de que el próximo año las líneas que dediquen a esta introducción sean un preludio de alegría por los buenos aconteceres.

ACONTECIMIENTOS

Nacimientos

* Laura Tascón Nimo: Nació el 3 de mayo de 2004 en Madrid. Hija de Juan Carlos Tascón y Elena Nimo, nieta por parte paterna de Rosa y Delfino (q.e.p.d)/p>

* Vega Juárez Perucho: Nació el 23 de septiembre de 2004. Hija de Javier Juárez y Marta Perucho, nieta por parte paterna de Amancio y Reme.

* Alejandro Toro Juárez: Nació el 12 de octubre de 2004, en La Línea de la Concepción (Cádiz). Hijo de José Toro y Emilia Juárez, nieto por parte materna de Honorino y Ani.

* Santiago Quiroga Ferreras: Nació el 13 de febrero de 2005. Hijo de Ricardo Quiroga y Manoli Ferreras, nieto por parte materna de Primi y Marce.

Bautizos

* Aroa Presa Vinagre, hija de Aurelio Presa y Belén Vinagre, fue bautizada en León, el 20 de junio de 2004.

* Laura Tascón Nimo, hija de Juan Carlos Tascón y Elena Nimo, fue bautizada en la parroquia de Nª Sª de la Consolación, de Móstoles (Madrid), el día 7 de noviembre de 2004.

* Alejandro Toro Juárez, hijo de José Toro y Emilia Juárez, fue bautizado en la parroquia de la Inmaculada, de La Línea de la Concepción (Cádiz), el 15 de enero de 2005.

* Vega Juárez Perucho, hija de Javier Juárez y Marta Perucho, fue bautizada en la iglesia de Sopeña de Curueño (León), el 19 de marzo de 2005.

Comuniones

* Camino Martínez de la Riva, hija de Fernando y Loli, hizo la comunión en la parroquia del Carmen de Collado Villalba (Madrid), el 29 de mayo de 2004.

Bodas

* Francisco Javier Juárez Martín y Marta Isabel Perucho Antora contrajeron matrimonio el ldía 8 de mayo de 2004. Francisco Javier es hijo de Amancio y Reme.

* Sergio Martín Toral y Beatriz Martín Fernández contrajeron matrimonio el día 23 de agosto de 2004 en Portillo (Valladolid). Beatriz es hija de Veri y Goya.

Defunciones

* Tridentino Getino Getino falleció en León el 28 de octubre de 2004, a los 97 años.

* Justa Robles Robles falleció en León el 6 de junio de 2004, a los 78 años.

* Godofredo Getino Díez falleció en León el 3 de enero de 2005, a los 66 años.

* Luis Pombo falleció en Almendralejo (Badajoz) el 14 de febrero de 2005, a los 77 años.

* Benigna Castro Díez falleció en León el 26 de febrero de 2005, a los 69 años.

* Desde Argentina: Durante el invierno nos llegó también la triste noticia del fallecimiento de Matías, esposo de Estelita. Matías era cuñado de Donatila y Moisés.

 

EL REPASO DEL VERANO

Marina Díez

Sopeña existe, y sus jóvenes luchan por el futuro del pueblo. Eso fue lo que pensé ayer por la noche cuando vi a Yolanda en la televisión, hablando de la línea de alta tensión cuyo trazado previo afecta a nuestra ribera. Hemos salido en periódicos protestando por el corte de nuestra carretera y nos han escuchado, pero podemos seguir utilizándola para desplazamientos hasta el pueblo. Los más afectados son los que viven aquí todo el año, pero todos los habitantes de Sopeña y la gente de muchos otros pueblos de la ribera nos volcamos en la protesta. Para que luego digan que sólo sabemos estar ahí en los buenos momentos (las fiestas)... aunque es cierto que estamos, nos volcamos en ellas y colaboramos todo lo que podemos.

Ya el año pasdo comenzamos a participar en la revista de la asociación, recordando el verano que pasamos en Sopeña y que esta vez no iba a ser menos. A los jóvenes también nos gusta participar en las cosas, de entrada tomamos parte de las fiestas de todos los pueblos de la ribera, no nos faltó ninguna: La Vecilla, Vegas, Gallegos, Barrillos, Barrio, SOPEÑA, Santa Colomba (con granizada incluida), la Mata, Villanueva y terminamos en octubre con las fiestas de San Cipriano. Cada una de ellas tiene un montón de anécdotas, pero mejor las dejamos para comentar en el "Amancio's bar" este verano de 2005.

Como siempre, las mejores fiestas fueron las de nuestro pueblo. El programa era agotador, o mejor dicho, fue agotador, porque no nos perdimos nada. Por fin llegó el 16 de agosto con la festividad de San Roque, procesión, misa en la ermita y el esperadísimo día del escabeche. A los niños no les gusta mucho el pescado (sinceramente, a nosotros tampoco), pero ese día es distinto, el pescado te sabe diferente. Y no digamos las ganas de comer torta que tenemos, puede que en casa no la comamos nunca, pero ese día te sabe todo riquísimo.

Los niños colaboraron, como siempre, vendiendo papeletas, y los mayores repartieron el escabece y vendieron nuestra revista. Quizás este año, además de la revista, el pañuelo y los pins, vendamos chapas en contra de la línea de alta tensión.

Como el año pasado, el jueves además de los juegos de mesa tuvimos una compañía de teatro interpretando una comedia burguesa, con la que disfrutaron tanto niños como mayores. Pero los niños ya estaban preparándose para el día siguiente, sabían que el viernes es el día dedicado a ellos.

Los juegos estuvieron muy entretenidos y, como de costumbre, fueron muchos los participantes que se llevaron su premio a casa. No hubo segunda edición del festival de los 40 principales, pero seguro que este 2005 vuelve el festival de Sopeña y todos nos subimos al escenario a bailar. Menuda decepción nos llevamos cuando vimos que Rudy no era el "Dj" de Sopeña, aún así bailamos hasta altas horas de la noche con la discoteca móvil. Se nos hizo muy tarde a los jóvenes y tuvimos que ir directos a la misa del sábado, en la que improvisamos algunas canciones con la guitarra. Por la tarde no había tiempo para siestas ni para reponer fuerzas, puesto que el corro de lucha leonesa finalmente sí tuvo lugar en las fiestas.

Moisés Díez volvió a dejarnos su finca para disputar allí los aluches. Hacía mucho calory la comisión de fiestas se tuvo que repartir entre la taquilla y la zona de refrescos. Por la noche, todos a bailar con la orquesta, a la que agradecemos su comportamiento, ya que empezaron a tocar algo antes de lo previsto y dejaron de tocar bastante más tarde de lo acordado. Esa noche estuvo plagada de anécdotas, teníamos a gente acampando en las eras para poder estar en la fiesta y, aunque provocaron algún que otro percance, como el de tirar una desafortunada manzana a la orquesta, motivo por el cual dejan de tocar, y una pequeña bronca con algunos de los jóvenes del pueblo, se lo pasaron muy bien y por lo que tengo entendido este año piensan volver. También es verdad que, solucionado el malentendido, se divirtieron con nosotros como si fueran uno más, incluso uno de ellos protagonizó junto a Luis Jesús uno de los "striptease" más graciosos... Por lo visto es otra de las nuevas tradiciones de Sopeña, porque ya lleva dos años consecutivos.

Otra noche entera sin dormir, eso sí, tocando las campanas como manda la tradición, nos dieron las 11 y participamos en la diana, unos más que otros. Marina la catalana este año se unió a los cabezudos, al igual que Dani, que durante un rato llevó la cabeza de Manuel. Muchos fueron los que, desafiando a las horas de sueño, se disfrazaron. Echamos de menos las cazuelas de las reivindicativas, que este año no despertaron a nadie, pero bueno... preparaos para el próximo disfraz, que dará mucho de qué hablar.

Por la tarde, la famosa carrera de cintas, en la que como siempre, participaron nuestros preciosos caballos: "Caramelo" y "Garabito". Después de tan agotador evento, y digo agotador porque los jóvenes estuvimos vendiendo refrescos toda la tarde, nos fuimos a merendar. Los bocatas de chorizo estaban buenísimos, los niños iban a repetir merienda y algunos adultos también, que no nos engañáis. Entre bocado y bocado mirábamos las papeletas de la rifa, por si ganábamos alguno de los premios...

Muchas de nosotras echamos de menos los bailes del sábado y, como por la noche no íbamos a tener discoteca, nos subimos al escenario a bailar sin dudarlo. La actuación más aplaudida fue la de Melendi (Moisés) que al principio se hizo de rogar, aún así subió a cantar y medio pueblo subió a bailar con él.

Ya por la noche, estábamos todos demasiado cansandos y, poco después de terminar el campeonato de futbolín (a ver si este año tengo más suerte), nos fuimos a dormir.

El lunes el pueblo ya no era el mismo, muchas eran las personas que ya habían terminado sus vacaciones, entre ellas Natalia... una pena, porque se perdió otra tradición del verano: la guerra de agua. Vaciamos la fuente de la plaza en un momento y acabamos la guerra en la fuente de la iglesia, donde metieron a remojo a Marina la catalana.

Poco después de terminar la guerra volvimos al bar, ya que queríamos participar en los juegos populares, y como sobraron bocatas del domingo no nos hizo falta ir a casa a cenar. El chocolate y el fin de fiestas estuvo muy bien, igual que otros años.

No sé cómo será este verano en Sopeña, sólo espero que, por lo menos, sea igual de inolvidable y de divertido que este.