Logotipo de Sopeña de Curueño

VALLE DE CUICIELLO O DE CARABEDO

FICHA TÉCNICA

Itinerario: Sopeña - La Laguna de Lomba - Los Cuetos - (La Muga - 1328m) Cueva de la Abadesa - Cota la Rosal - Valle de Cuiciello - La Cota - Fuente Cimera - Sopeña.
Dificultad: Fácil - Media
Desnivel: 350m.
Tiempo: 5 horas
Longitud: 16km.
Recomendada: verano-otoño
Punto de partida: La plaza - La fuente

 

Sigue manando la Fuente
agua ancestral, sincera,
alivio del transeunte,
rumor de horas eternas.

 

Iniciamos la ruta, dirección norte hasta alcanzar el Barrio arriba. Paramos un momento para disfrutar de un paisaje pastoril de postal.

Giro a la derecha: contempla una de las zonas más antiguas del pueblo: un núcleo de casas entorno al corral. Seguimos rumbo a Balseco. En el caminar, a tu derecha, el tronco carcomido de la "Nogalona", musa de nuestro escritor Jesús Díez; corazón tierno de zagales.

Vista del pueblo

Cruce de caminos; a la izquierda pista forestal: a ambos lados tierras de centeno; fincas trabajadas hasta la década de los 50, debido al importante poblamiento del pueblo. No había tierras para todos.

La amplia rodera se empina hasta llegar al alto de Solanalengua, y más arriba la laguna de la Lomba, diminuto humedal, hoy desaparecido.

Bifurcación; giramos a la izquierda; suave pendiente por amplia pista forestal que sirve de cortafuegos. Alcanzamos las altas tierras de Comuñas.

La pendiente es más pronunciada. Recuerda aquello de "Si quieres llegar a la cima de un monte como si tuvieras 16 años, sube como si tuvieras 70". Hemos alcanzado la cota más elevada de Sopeña: el alto de Balseco (1269 m) en las llamadas tierras del tío Hermógenes.

Fin del término de Sopeña, señalizado con las arcas: monumentos megalíticos que marcaban el territorio.

Continuamos hasta el alto de la Garameta, dejando a la izquierda, en el fondo del valle, restos de un antiguo monasterio.

En la Rasa de las Campanas se alcanza la altura de 1300 m. Merece la pena escuchar los sonidos que el monte transmite. Llegamos a los Cuetos.

El caminante puede admirar el valle del Curueño: la frontera entre la montaña y la ribera; el tiempo detenido en los tejados de los pueblos que rezuman historias y leyendas: el lobo, el burro y el monje; el castillo de Aviados; el monasterio de San Salvador; la cuna de los concejos, en el robledal de Valdepiélago.

A tu derecha, los pueblos de las Arrimadas: lugar de peregrinos para sanar el cuerpo y el alma.

El silencio es el mejor registro. La altura de 1336 m en la Muga.

Vista del monte

Contemplamos la mole de la Peña Valdorria y la ermita de San Froilán; revive el ascenso al pico Correcillas; admira la montaña sagrada de los celtas, Bodón; hurga las monedas guardadas en Peña Galicia...

Continuamos la bajada por la loma; a la izquierda, la cueva de la Abadesa; con señal indicadora en un roble.

La cueva es de origen kárstico con estalagtitas y estalagmitas. El viajero atrevido puede penetrar en su interior. Se debe ir bien pertrechado con todo lo necesario. Sentirás los pasos de un perro pastor hasta alcanzar la cueva del moro en Lugán.

La pista camina hacia la Cota la Rosal. El bosque es frondoso; especies diferentes pueblan la espesura: roble albar, mostajo, serval, mundillo, manzanos y rosales silvestres; espinos, cantueso, orégano, tomillo, gamones...

Conviene escudriñar todos los rincones; sentirás sensaciones diferentes: raposeras, abrigaderos de maquis; cueva la Rosal.

El camino desciende; giramos a la derecha hasta el valle de Valdeprados. Continuamos por el fondo del valle con el robledal olivado. Sobre nosotros cruza una línea de alta tensión.

Esta hondonada conduce al viajero al valle de Cuiciello o de Carabedo; poniendo fin al monte mancomunado.

Continuamos ahora valle arriba con antiguas tierras cultivadas; a la derecha, a la vera del arroyo, se encuentra una fuente, cerca de una mata de robles.

El valle se abre con agua en el medio. A pocos metros a la izquierda restos de un posible castro celta (siete edificaciones circulares) ¿Tal vez el origen de actual Sopeña?

No perdamos el destino; avancemos hacia el norte; llegamos al nacimiento del arroyo: la Fuente del Espinón. Agua medicinal contra el cansancio y el estrés. Demos rienda suelta a la imaginación. Escucha el dialogo del tío Jesús con los que se echaron al monte; el caminar seguro de Bernardo charlando con los maquis; mil historias de carboneros... "El lobo está aquí, ahí, donde ha estado siempre. Te das cuenta de que te sigue el lobo porque de repente te quedas mudo y se te eriza el pelo".

Volvamos a la realidad. Emprendemos viaje por la pista que se divisa desde la fuente. El camino, en continuada ascensión por el valle de Valdecerezales alcanza el alto de San Tirso y las tierras de Comuñas.

Cruce de caminos: tomamos el de enfrente que atraviesa la cota; hacia el norte divisas la montaña y parte del valle del Curueño.

Avanza sin ruido; disfruta del vuelo majestuoso del milano; otea algún águila perdicera; escucha los golpes secos del pico relincho; el canto rudo del cuco.

El itinerario toca a su fin: pisamos el alto del Vallino; próxima parada: la Fuente Cimera, agua que sacia la sed de Sopeña. La ruta finaliza: hacemos un ultimo esfuerzo; nos sentamos en la cuesta junto a las ruinas de la ermita de la Soledad; al lado una antigua "ferrería".

"Dos cosas tiene Sopeña
que no las tiene Madrid,
la Soledad en la cuesta,
San Roque en Valdemorín."