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LA TRUCHA Y LOS GALLOS DE PLUMA

Daniel Juárez

La trucha, del latín tructa o del francés truite, nombre común de un pez de la familia de los salmónidos.

Su cuerpo es de color verde-grisáceo, manchado de negro o rojizo. Presenta dos aletas dorsales, la segunda más pequeña y adiposa. La más difundida por España es la trucha común moteada de rojo y negro y que vive generalmente en aguas dulces. Su carne es sabrosa. Existe otra familia de truchas, que es la arco iris, que presenta una franja roja a los lados y abundantes manchas negras. Vive en América del Norte y efectúa migraciones del mar a los ríos de agua dulce. Su carne es menos sabrosa que la trucha común.

Donde más se encuentra es en ríos de agua muy limpia, ya que las aguas fangosas y lodosas no son buenas para su reproducción.

Su pesca suele efectuarse en los meses de marzo, abril, mayo, junio y julio. Se puede pescar con aparejos naturales, como cebo o lombriz y gusarapín, que se encuentra en el mismo río, y artificiales, como a cucharilla, mosca y otros varios artilugios.

En la provincia de León hay unos pueblos que crían unos gallos especiales. Con la pluma de éstos se hacen unas moscas artificiales que son una verdadera artesanía, pues no todos son capaces de hacerlos. Una vez echados al agua estos cebos parecen mosquitos de verdad. Se suelen usar en el río cuando baja con poco agua y no muy fría, al amanecer, al mediodía y al anochecer, ya que a estas horas suele caer algún mosquito al agua y que es muy parecido al que se lleva en el aparejo.

En los pueblos de Sopeña y La Cándana de Curueño tienen los gallos de pluma grisáceos o indios, y en Aviados, Campohermoso y La Mata encontramos los de pluma pardo. La gente que se dedica a la cría de estos gallos los tienen en palmitas, ya que cada vez que le hacen la capa, que es quitarles las plumas del lomo, suelen obtener de unos 9 a 12 mazos. Cada mazo lleva 12 plumas y llegan a pagar, las armerías o quien se dedica a confeccionarlos, entre 2 euros y 15 euros cada mazo de plumas.

Hay pescadores profesionales que cuando van al río llevan los anzuelos medio preparados y según empieza a caer la puesta del mosquito, cogen uno y montan el cuerpo del anzuelo, según el mosquito, para engañar mejor a la trucha, aunque de tontas no tienen nada, pues la que no engancha bien en el anzuelo a la primera vez, en la siguiente se lo piensa, depende del hambre que tenga. En algunos ríos de León hay zonas acotadas, con el fin de que repueblen y también sirve para la práctica de la pesca sin muerte, ya que las cogen los pescadores y las devuelven al río, a no ser que están muy dañadas.

Su reproducción se hace en invierno, desovan en los sitios de poco agua y con mucha arena, de esta forma se ven los fregaderos, que es que mueven la arena con la panza y la cola para que los huevos no los arrastre el agua y así el macho los pueda fecundar.

Durante su reproducción su carne no sabe a nada, y está como el corcho, además que se prohíbe pescarlas y se castiga severamente.

Con la trucha se pueden elaborar sabrosos y apetitosos platos, como siempre ha sido habitual en casi todos los ríos, las gentes ribereñas se han afanado en elaborarla de múltiples formas: Trucha del río Curueño, Trucha rellena de tocino, Truchas trufadas, Trucha rellena, Trucha con jamón, Truchas al vino, Trucha en escabeche, Truchas a modo de caldeirada gallega.